Florilunio (plenilunio floral)

Imagen(*): le_croquemort El obedecer: aun las flores silenciosas al oído interior. Onitsura (1660-1738) Trad. Fernando Rodríguez-Izquierdo La suavidad de la flor, su blancura sencilla... Ofertorio silvestre para las horas lánguidas, cuando el mundo y la ausencia se vuelven una sola erosión, un único sigilo. La calma se alimenta del amor que ahora va naciendo, cuarto creciente apenas, con una nueva piel ansiada, consentida, despojada, por fin, de tantos años muertos que atrás dejan sus trances, sus desiertos. El anhelo se adueña de las horas, intuyendo un edén antaño prohibido por los dioses del hambre y sus conjuros. Vuelve la piel al ciclo, crisálida latente y pertinaz, alejada del miedo. Gozar lo que se ha venido a ser en esta vida, la plenitud del sueño. Elegir una flor y querer ser su tallo, libar su suavidad, su sencilla blancura. (*) https://pixabay.com/es/service/license-summary/