Se vende dignidad
Eduardo Galeano
...¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?
Lc 22:48
A quien regaló su alma al averno
llegando a confundir la redención
con la destrucción de la belleza
A cualquier precio el mar.
A cualquier precio la espiga
y su vaivén alegre,
alejada de prejuicios humanos,
al margen de resentidos duelos,
renuente a la mentira fácil,
a la promiscuidad de las medias verdades.
A cualquier precio la montaña y su cima,
cobijo del relente y la escarchada aurora,
siempre leal al paso del cometa,
a la fugacidad estelar y al perfil de la luna.
A cualquier precio la ráfaga de luz
entre nubes cerradas y tormentas,
luminaria de sol, reflejo claro
declamando la posibilidad de cielo.
A cualquier precio el árbol,
las aves anidadas, los gorjeos,
los trinos, semitrinos, las cadencias.
A cualquier precio el crepitar de hojas
tras los pasos, los otoños,
las ramas floreadas del almendro.
A cualquier precio la probabilidad
de la sonrisa que, decidida, asoma
a ese balcón amable de los labios.
A cualquier precio el respeto interior
que se acrecienta como enredadera,
anudado al primer átomo
de la conciencia libre,
el respeto de sí, el amor propio
a los principios férreos.
A cualquier precio
el sueño,
el instante,
el deseo,
el porvenir,
la vida.
Lo hemos vendido todo a cualquier precio.
Desposeído el ser, ruge infame y maldita la tiniebla.
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