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Mostrando entradas de junio, 2021

Pasión febril

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Imagen(*): jayMantri Maldoror nota que la sangre hierve  en la cabeza de su joven interlocutor...  Le palpa el pulso: las pulsaciones están aceleradas. La fiebre domina su cuerpo frágil. Lautréamont Lo vi venir como a la muerte, sin pedir turno, un lunes por la tarde. El martes ya se metió en mi cama y se dejó sentir, con sus gélidas manos, al inconsciente estímulo de mi cuello. El miércoles —ya se sabe— comimos en privado algo ligero, sin muchas pretensiones, con la alcoba en penumbra caliente como el vino, más de cuarenta grados a la sombra. El jueves —ese sí fue un día grande— amanecí mojada por la fiebre, —ardor de piel bajo los cobertores—, mi cuerpo incandescente a dentelladas. El viernes… ya había perdido la noción del tiempo. Ángel caído sin aliento ni alivio no daba crédito al ardor de su envite. El sábado, mi familia empezó a echarme en falta. A sabiendas de que no estaba sola — tal vez por esa causa — llamaron por teléfo...

Lista de amores pendientes (una de tantas)

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Imagen(*): Pexels   Nunca es tarde para querer a tiempo: -el color de los tilos cuando las estaciones mudan su compostura -la parvada constante, en travesía, conjurando al invierno -la propia piel llagada por la embestida agria de las lenguas curtidas -el vientre alborotado -la liviandad blanquísima de la nieve - la repentina siesta que repara, en su trecho fugaz, la pequeña fatiga -la huida de la tarde, declinando su imperio a favor del crepúsculo -la tempestad traviesa tornasolando el cielo con el primer amago de luz entre los grises -el roce imprescindible de una mano bogando en otra mano Cuánto amor hay en juego todavía, no dejemos en tablas la partida... (*) https://pixabay.com/es/service/license-summary/

Reescrituras

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Imagen(*): Peggy_Marco El poeta le pide a su amor que le escriba Amor de mis entrañas, viva muerte, en vano espero tu palabra escrita y pienso, con la flor que se marchita, que di vivo sin mí quiero perderte. El aire es inmortal. La piedra inerte ni conoce la sombra ni la evita. Corazón interior no necesita la miel helada que la luna vierte. Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,  tigre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas. Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche del alma para siempre oscura.  Federico García Lorca Soneto del querer incierto Al poeta en su natalicio...  (5 de junio de 1898)  Noche sin albedrío, noche oscura, madrugada de hielos aterida,  intimidad de sierpe adormecida en una quebrancía de ternura; para la sola piel sobra mesura, ascua quiere de azogues encendida, besos de aceite y salvia enardecida abriéndose camino en la espesura. Océano de fiebre, mi lamento  navega en sueño herido a la der...