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Mostrando entradas de julio, 2021

Al hilo de la vida

  Cuba y otras hierbas   El estar largo tiempo en trinchera requiere «coraje»... Antonio Gramsci   Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra… Si me quieres, quiéreme negra y blanca, y gris, verde, y rubia, y morena… Quiéreme día, quiéreme noche… ¡Y madrugada en la ventana abierta!…   Si me quieres, no me recortes: ¡Quiéreme toda… O no me quieras! Dulce María Loynaz     Habrá opiniones para todos los gustos en lo que a los últimos acontecimientos acaecidos en Cuba se refiere. Para mí, desde el corto alcance que yo pueda tener a la distancia acerca de una realidad ajena pero que me interpela de tantas formas, es claro que cualquier país que se jacte de defender el valor de la libertad debe propiciar entonces, sin reservas, el sagrado derecho a la libre expresión pública de las ideas, sean del signo que sean y siempre que no constituyan un atentado contra los derechos o la vida de los otros. De igual m...

Inmisericordes

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Imagen(*):  Placidplace Cuando los odios andan sueltos,  uno [se] ama en defensa propia. Mario Benedetti  Hay un cártel hostil que trafica con un temor antiguo: no ser la imagen viva de sus dioses ni estar hechos de barro a semejanza  de otros muchos adanes con sus evas, sus serpientes, sus frutos y sus árboles. No los oigas. Son la mala simiente que las divinidades condenaron a vagar con su soberbia a cuestas. Nuestra sencilla perfección, en cambio, es única, marmórea y magnífica, y goza de la venia imprescindible de todo paraíso que se precie. (Y estos aspirantes a rehenes  de su propio infierno tan cobarde ni crean que vamos a perdonarlos porque sí saben lo que hacen) (*) https://pixabay.com/es/service/license-summary/  

Viaje al paraíso

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Imagen(*): Tumisu A aquellas ilusiones naufragadas que un día tuvieron rostro y esperanzas y acaso una familia a la que amaban tanto... No es este un día más.   Un día de hambre cualquiera habrías amanecido a eso de las seis  cansado de contar rendijas a un techo insostenible, te habrías calzado sin convicción ni anhelo los agujeros  de tus deportivas y besado a los niños con los ojos  antes de irte a cosechar miserias.  Habrías desayunado el olor de la mujer que calienta tu lecho y habrías pedido a Dios  algo de lluvia.   Pero hoy es ese día que nadie quiere, que no aparece en ningún almanaque, con una hija muerta de malaria, una cosecha estéril de cereal sediento con esa persistencia inagotable de un huésped sin escrúpulos y las mismas noticias que ruedan por el pueblo sobre alguien que organiza —pago previo— algún tipo de viaje rumbo al Norte.   Hoy que sientes al límite todo lo que te importa, que ...