Reescrituras

Romance de ciego Mirar no es sólo asunto de los ojos. Primero, ciérralos unos instantes y dentro de ti busca –en tu sosiego– la facultad de ver. y ahora ábrelos y mira. Es enero ahí afuera, pero está muy hermosa la vida esta mañana. Cuánto sol en los álamos que en trémulas hileras van creciendo en esta vieja plaza de tu ciudad. Un día y otro día, durante muchos años, a su lado pasaste y no los viste ciego que dabas pena y que hoy, por fin, de milagro has sanado y puedes ver y en tu mirar te salvas. La ceguera. Eloy Sánchez Rosillo Tener ojos no es signo de videncia. ¿Cuántas veces has tenido enfrente el albedrío haciendo expresas señas con sus dedos? ¿En qué calle se te cruzó el azar apenas estrenado en la pasión sencilla del abrazo? ¿Dónde trazó el cielo sus veredas anchas en la memoria reciente de las horas? ¿En qué andén te sorprendieron de nuevo los vencejos que vuelan sin horario? ¿Qué mañana supis...