Secuencia
La estrella vuelve a ser crisálida
Josefina Magaña
No hay colofón.
El tiempo no termina.
Hay otro falaz comienzo
de retoños inciertos,
frágiles como besos al aire
lanzados al vacío de un querer impreciso,
sin hábitos ni propósitos, inconstante,
rumor frío de invierno
cada fin de diciembre,
con la esperanza esquiva
al albur implícito de la incertidumbre.
El sol no se termina,
sabe que alfa y omega
no son principio y fin
sino eslabones engarzados
de una cadena firme.
Seguimos respirando
la inercia de los días,
de peldaño en peldaño,
bajamos o ascendemos,
anfibios del azar,
a merced de un presente tardío
y un futuro sin nombre.
La sed no se termina,
sigue buscando el agua,
así también el ciclo se prolonga
salvo en la finitud del calendario.
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