Reescrituras
Imagen(*): azeret33
Declinaciones (caracolizarse)
“Para oír al pájaro es
preciso alejarse. Interrumpir el movimiento de lo humano. Su incandescencia. Su
inercia también más constante, más resistente.
Para oír al pájaro es
preciso acallar las voces que vuelven opacos los cielos e impiden la
mansedumbre.”
Chantal Maillard. La baba del caracol.
Para oír al pájaro hay que
dejar atrás el instinto más básico que nos aferra a la ciudad de siempre,
vaciarse de la piel conocida, cicatrizada, estéril, y echar escamas nuevas con
las que atravesar el temor al océano, donde el tiempo se anula y la orientación
estorba. Detener el canto de sirenas, neumáticos, motores. Apagar los semáforos,
el derroche de densidad urbana y de tragedia, para iniciar con lentitud de
miras el camino al vacío, al silencio de luz y de sonido, cuando los cuerpos
quedan al amor de la química, alejados y libres de la física inútil.
Para oír al pájaro hay que
vaciar la boca de despojos, de envenenados cantos que arañen las estrellas. Hay que hacerse a la
falta, hay que dormir al raso, hay que recuperar la tregua.
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