Renacimiento

Hola, volvemos a encontrarnos en la voz de mi escritura abierta y compartida y en la escucha de tu lectura atenta y generosa que nace del encuentro consentido.

Si me leíste antes, gracias, porque tu reincidencia me hace fuerte tras la amorosa senda que ya hemos recorrido en otro tiempo. Tu regreso a estas letras explica mi existencia renovada y me regala una lección magnífica de lealtad y constancia, dos bienes tan escasos hoy en día.

Si por primera vez te acercas a mis páginas, gracias y bienvenid@ seas a esta casa tuya, sin puertas ni ventanas, en donde el sol penetra y el aire corre libre con epicúreo signo. Aquí se ladra y se resiste en olor de santidad, porque no hay nada más santificado que la palabra misma y los seres que por ella se encuentran, se conocen.

Te diré que este nuevo momento recupera los textos conocidos, para que sean nuestra memoria histórica, la de quienes tuvimos risas, llantos, deseos, pensamientos y ensueños compartidos durante tantos días... También nos traerá nuevos desiertos, páginas blancas que acabarán pobladas de poemas, semanarios de urgencias, eventuales prosas académicas y más frecuentemente ficcionales y, cómo no, algunas novedades que no cuento para que la emoción no se malogre y quieras regresar con recurrencia.

Gracias, buen lector, buena lectora, por tu acompañamiento. Te insto a conversar, espero tus comentarios y sugerencias, tus saludos cordiales cuando el destino quiera que te acerques a pasear por este barrio nuestro de las letras...


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