Seis Andanzas en orden descendente



Andanza 6


 (Sobre un poema de Luis Rosales)


Tendrá sus días álgidos el calor del abrazo. Seremos nuevamente cuando el virus maldito no engendre más racimos y las plazas recobren aquel tránsito vivo, libertario, de sus rutinarios feligreses, que está el amor ceñido en toda coyuntura, alentando el milagro.


Andanza 5




(Sobre un fragmento de "Altazor" de Vicente Huidobro)


Estar encadenados sin conciencia, recorrer la jornada a golpe de raíl y de silbato, sin preguntar dónde quedó el quejido, en qué lugar la voluntad se hizo al nicho y al estribo del amo, celda sin muros donde la piel va cediendo a jirones, al compás que el calendario canta.

La vida empieza cuando la inmediatez se nos termina y el tiempo deja de ser un bien escaso.



Andanza 4


(Sobre un poema de Luis Melgarejo)


La pobreza tiene las manos muy sucias. Dicen que no duerme si no es en suelo inhóspito y tiene la costumbre de comer poco de casi nada. La pobreza es muy dura mientras el sol calienta. Por las noches se quiebra y un largo surtidor deja correr la vieja necesidad por sus mejillas.

La pobreza tiene lugares propios para morir de frío, para sudar la fiebre, para eludir la historia...



Andanza 3


(Sobre un haiku de Sodo)


¿Será que somos más libres cuando desnudos de poder y de almizcles entregamos la voluntad a la floresta que ha llegado prudente, silenciosa y tenaz a tapizar de verdes nuestra desesperanza? ¿Despojarse o ser jardín que niega la primavera?



Andanza 2


(Sobre un poema de Stella Díaz Varín)



Los niños y las niñas saben bien que el amor no precisa de una cinta métrica. Una báscula bien calibrada y fiel no tiene autoridad alguna para medir el amoroso peso en sus hospitalarios corazones. Ésa es la medida sin medida que al crecer olvidamos.

Niñas y niños saben que sólo la sonrisa contiene la dimensión exacta del amor, su extensión verdadera.



Andanza 1


(Sobre un poema de Alfonsina Storni)


A la distancia, puedo reconocer tu aliento, como un vergel de estrellas, encendido. Oigo la desnudez de tus silencios clavándose en el perfil vacío de mis noches. Miro tu ausencia y me quedo dormida solamente.


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