Farsa
No es fácil ahuyentar
la vacua necedad de la palabrería,
la ventriloquía más cretina
la fechoría rebosada,
la perfidia ambidiestra
de una turbiedad tan numerosa
en su afán persistente de desatar mistrales
y cajas de tormentas y Pandoras.
Costoso es remover las toscas fauces
de la depredación más vil pactada
en contumaz concilio de remedos
de lo que no quiso ser porque no ha sido.
¡Pardiez!
Cuánto pulso hace falta,
qué paciencia titánica,
cuánta audacia y humor se necesitan
para aguantar al clan de la comedia
más rancia, más voraz y más obscena.
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