Marina en cuatro tiempos
En alta mar. Salvador Abril (1887)
Imagen(*): Fundación Wikimedia
I. Largo
...tu grito es semejante al de la gaviota
al desaparecer, dejando un nombre escrito.
Jean Cocteau
Sabemos que el mar nos hace falta
cuando no somos ya proclives
a convocar el canto de las olas
como residual eco del oído,
cuando en lugar del pez osado
próximo a nuestros pies,
al filo de la orilla,
sólo queda un líquido vacío,
un remolino vago que apenas se estremece
cuando el poniente azota,
como si aquel ser vivo
hubiera sido un sueño, una ilusión difusa
que alguna vez hubiera pretendido
dibujar trazos limpios en el agua.
II. Adagio
Estos límites que me oprimen,
esta arcilla que de la mar naciera...
Vicente Aleixandre
He querido asomarme
al lóbrego talud de tus temores,
el abismo oceánico donde los viejos limos
forman un estuario de sedimentos fósiles
que, adormecidos, reniegan de su ser
y se abandonan dóciles al ayuno
por miedo a alimentar las fauces
de lo que quiso el mar
cuando la vida osaba bogar contra natura
alumbrando un destino no elegido,
un derrotero inútil hacia el acantilado.
III. Andante
Sedienta como el mar y como el mar ahogada
de agua salobre y honda
vengo desde el abismo hasta mis labios...
Rosario Castellanos
Me estremece besar la piel de tu zozobra,
el pesar de la arena que vino a revestir
la doliente oquedad
donde se cobijaron los pasos de tu herida,
honda de sal y de escozor amargo.
Sé que tu voz navega
buscando mi ensenada,
rema, incansablemente, ávida de otra costa,
lugar de caracolas no hostiles al murmullo
del oleaje antiguo y amigas del remanso.
Tu embarcación no ceja, inclinada a alcanzar
la libre condición de una calma oceánica
ausente y demorada por demasiados lustros.
(No temas.
No hay desgracia infinita mar adentro.)
IV. Allegro Cantabile
Te propongo construir
un nuevo canal
sin esclusas
ni excusas...
Mario Benedetti
Seremos arrecifes de cuerpos coralinos,
longevas formaciones de belleza calcárea
anegadas de algún bendito mar apacible
que no agreda los restos de la supervivencia
que las caricias nuevas salvaron del desastre.
Seremos el verdor de las algas más prístinas
que se abrazan ajenas al temporal atlántico,
desnudas y entregadas al devenir pacífico.
(*) Wikimedia Commons
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Contenido_libre
.jpg)
Comentarios
Publicar un comentario